Tiroides y nutrición
La tiroides es una glándula pequeña en forma de mariposa ubicada en la parte frontal del cuello. Esta produce hormonas tiroideas, tiroxina (T4) y triyodotironina (T3), las cuales controlan el metabolismo, es decir la forma en la que el cuerpo convierte los alimentos en energía. También juegan un papel importante en el crecimiento y desarrollo, la función cardíaca, la fuerza muscular y la fertilidad.
Cuando la tiroides no funciona correctamente se puede desarrollar 2 enfermedades:
- Hipotiroidismo: Cuando la tiroides no produce suficientes hormonas tiroideas, los síntomas incluyen fatiga, aumento de peso, intolerancia al frío, estreñimiento y depresión.
- Hipertiroidismo: Cuando la tiroides produce demasiadas hormonas, los síntomas incluyen pérdida de peso, irritabilidad, intolerancia al calor, sudoración excesiva y temblores.
Los problemas de tiroides pueden ser causados por una variedad de factores, incluyendo:
- Enfermedad autoinmune: La causa más común de problemas de tiroides es una enfermedad autoinmune, en la que el sistema inmunitario ataca la tiroides.
- Yodo: La deficiencia de yodo es una causa rara de hipotiroidismo, pero es más común en áreas donde el yodo no se agrega a la sal.
- Inflamación: La tiroiditis es una inflamación de la tiroides que puede ser causada por una infección viral o bacteriana.
- Tratamiento contra el cáncer: La radiación o la cirugía para tratar el cáncer de cabeza y cuello pueden dañar la tiroides.
Una dieta saludable es esencial para mantener una tiroides sana. Si bien no existe una dieta específica para «curar» los problemas de tiroides, ciertos alimentos pueden ayudar a la función tiroidea y reducir los síntomas.
Una dieta antiinflamatoria podría ayudar a mejorar los síntomas desarrollados. La dieta antiinflamatoria se basa en el consumo de alimentos que combaten la inflamación crónica en el cuerpo, la cual está asociada con el desarrollo y progresión de diversas enfermedades. Estos son algunos de los alimentos recomendados
- Ácidos grasos omega-3: como los contenidos en el pescado azul (atún, sardina, boquerón, arenque, caballa y salmón), las semillas de lino, de chía o de cáñamo, verduras de hoja verde y frutos secos (especialmente nueces).
- Carotenoides, como los que tienen las naranjas, calabazas, boniato o zanahorias.
- Licopeno, que se encuentra por ejemplo en tomates, fresas o sandía.
- Antocianinas: las contienen los arándanos, berenjenas y moras.
- Grasas saludables, como las del aguacate, los pescados o el aceite de oliva virgen extra.
- Proteína vegetal: en especial de las legumbres y leguminosas como habas, garbanzos o judías.
- Selenio: se encuentra en los cereales integrales, las legumbres, el pescado y los frutos secos.
- Miristicina: en la nuez moscada.
- Curcumina: en la cúrcuma.
- Clorofila: contenida en las espinacas, lechuga, guisantes, alcachofas y brócoli, es decir, en todo vegetal de color verde.
- Luteína y quercetina, por ejemplo, en manzanas o maíz.
Es importante mencionar que si tienes problemas de tiroides, debes acudir a consulta con un médico o un nutriólogo para obtener un plan de alimentación personalizado, de acuerdo a tus necesidades.