En peligro de extinción etnias indígenas de Chihuahua por falta de Agua
No bastaron los buenos deseos de la mandataria estatal Maru Campos, en la pasada temporada de fin de año para paliar la sed, hambre y frío de las familias de indígenas serranas.
Por: Ariel Velázquez
A casi dos años y medio de que tomó posesión la gobernadora Maria Eugenia Campos Galván, y pese a «pedir perdón a los indígenas por tenerlos olvidados durante décadas por parte de todos los gobiernos estatales y municipales, lo cierto es que las 4 etnias existentes en esta entidad corren el riesgo de desaparecer, principalmente por falta de agua, lo que repercute en la ausencia de cultivos y por consiguiente hambre, que conllevan a las enfermedades.
Y es que, para los científicos del ramo, la sequía por la que atraviesa el estado de Chihuahua tiene en riesgo permanente a las cuatro etnias que habitan la sierra: Rarámuri, Guarajío, Tepehuanes y Pimas.
La inequidad en el desarrollo social y económico, pese a los «esfuerzos» de los tres órdenes de gobierno, aunado a la complejidad de sus culturas y la lejanía donde se encuentran las comunidades, complica el desarrollo y atención de los mismos, ya que de por sí el escaso presupuesto gubernamental destinado a ellos, por la burocracia y corrupción no llega a quienes lo necesitan.
Por si fuera poco, el año que concluyó esta región afrontó la peor sequía de las últimas cuatro décadas al acumular solamente 103 milímetros de lluvia, en los últimos meses del año, lo que es de acuerdo a especialistas de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) es de las menores precipitaciones pluviales desde 1985.
Navidad y Año Nuevo con hambre
Los indígenas acuden a las autoridades para que les proporcionen maíz y frijol; porque por la falta de agua se quedaron sin cosechas.
Conforme a cifras de la CONAGUA, en las últimas cuatro décadas el estado enfrentó episodios de sequías extremas en especial : 1985, 1995, de 1998 a 2000, en 2011 o 2019, no obstante, las temporadas de lluvias de 2020 y 2023 son considerablemente las más secas registradas, con 135 y 103 milímetros de captación respectivamente.
Los años que registraron las más bajas precipitaciones en los meses de intensas lluvias en los últimos 40 años fueron 1998 con 177.2 milímetros, le sigue 1999 con 179.9 milímetros, para el año 2000 se registraron 181.5 milímetros, donde el mes de agosto también registró una cantidad mínima de 39.1 milímetros. En 1985 se tiene registro de 183.1 milímetros y una década más tarde, en 1995, se registraron 187.5 milímetros. Para 2011 fueron 189 milímetros.
Altas temperaturas
Por si fuera poco, los municipios de Chínipas y Urique se posesionaron como los más calientes del país, con temperaturas de casi 50°centígrados. También el fenómeno de «El Niño», impactó esta entidad tanto en el patrón de lluvia como en la intensidad en las temperaturas.
El 24 de septiembre de 2023, Chínipas registró una temperatura máxima de 47.5ºC, con lo que el municipio de la zona serrana rompió un récord mundial de calor para el mes de septiembre.
El climatólogo Maximiliano Herrera, informó que el único sitio en el planeta en registrar parámetros similares para estas fechas es la localidad de Makkah, en Arabia Saudita, sin embargo, ni siquiera los «calorones» árabes alcanzaron a nuestro estado, el termómetro en esa población marcó los 46.6 grados, es decir, un grado menos que en Chínipas.
El seguro catastrófico de las cosechas contratado por la Secretaría estatal de Desarrollo Rural (SDR), informó que no alcanzará para apoyar a las más de 30 mil hectáreas siniestradas en la zona serrana, muchas de autoconsumo para grupos vulnerables y comunidades indígenas.
Además, se avecina una baja en la producción alimentaria y el impacto en el costo hacia el consumidor, pero también la disminución del hato ganadero debido a que los pastizales tampoco se lograron recuperar y a inicios de año el ganado sufrirá la falta de alimento, informó el jefe de agricultura de la SDR, Arturo Zubía Fernández.
Paralelamente la esperanza de recuperación en los niveles de las presas con las precipitaciones que se estimaban serían buenas con ayuda del Programa de Estimulación de Lluvias, se desvaneció porque el denominado Monzón Mexicano fue muy débil.